La falta de especialistas en la fabricación de la pieza de unión entre este implemento con el cuerpo de los pacientes es el vacío que vieron en "Calce" para levantar su innovador proyecto.
Elementos claves para el desarrollo de cualquier persona con alguna discapacidad, las prótesis y su elaboración requieren de un nivel de especialización que no es masivo, pese a que sea muy necesario.
Fue eso lo que vieron quienes trabajan en "Calce", emprendimiento que busca desarrollar de manera más fácil este tipo de implementos, para poner más al alcance de quienes los necesite. Según cuenta a Publimetro Andrés Sanhueza, esta iniciativa tuvo su génesis en la facultad de ingeniería de la Universidad de Chile, en un concurso de emprendimiento al interior de “OpenBeauchef” y se denominaba “Miobrazo” el cual tenía por objetivo crear un brazo robótico.
Y como muchos emprendimientos, se partió de un fracaso. Reconoce que el proyecto no era muy bueno, por lo que luego de perder en ese concurso, un amigo muy cercano el kinesiólogo Claudio Tapia les dijo que el problema en Chile no es que falten brazos robóticos, sino más bien prótesis y de las más básicas. “Así, con este giro de tuerca comenzamos a construir lentamente Calce”.
El director general de este emprendimiento cuenta que su objetivo apunta a una de las partes fundamentales de toda prótesis. “El problema en sí, gira en torno a la falta de especialistas o protesistas para fabricar la pieza más importante de una prótesis, la cavidad, que es la unión entre la extremidad residual y el resto de la prótesis de cualquier paciente”, lo que actualmente se realiza de forma artesanal. “Este proceso que es largo, tedioso, muy sujeto a falla humana es lo que nos propusimos cambiar”, sostiene.
Por otro lado, subraya que “en Chile existe solo una decena de talleres protésicos y la mayoría están ubicados en Santiago”, por lo que su propuesta consiste en masificar la creación de estos elementos ¿cómo? “Digitalizar la toma de molde para una prótesis es lo que nos planteamos. En nuestro proceso se capacita al protesista que luego escanea digitalmente en 3D a los pacientes en 15 segundo, da las instrucciones específicas a través de la plataforma web www.calce.cl en 10 minutos y, finalmente, la cavidad de la prótesis es enviada al centro en cinco días hábiles. para su posterior ensamble final con el paciente”, explica Sanhueza.
PROPUESTA VALORADA
Si bien el uso de la impresión 3D para este y otros usos no es nuevo, este emprendedor resalta que “no fue hasta hace poco que se crearon las impresoras 3D de escritorio y se hicieron muy populares y asequibles. Esto trajo consigo una ola de innovación en la cual hemos sido arrastrados nosotros mismos también”, añade.
Indica hoy trabajan con cuatro de estas impresoras en un invernadero construido especialmente para mantener condiciones de humedad y temperatura que garantizan una buena resistencia de la pieza final.
Calce ya trabaja con diferente entidades como Teletón y la Mutual de Seguridad. Sanhueza cuenta que desde 2017 llevan unos 300 pacientes atendidos. “Afortunadamente, hoy en día la innovación es un tema que llama mucho la atención, y más aún en el mundo de la rehabilitación que es muy pequeño”, señala. En ese sentido, resalta que “una vez realizado bien el trabajo en un hospital, a la hora de buscar un nuevo cliente las referencias son bastante directas y positivas en nuestro caso”.
Trabajo que también ha recibido apoyo para su desarrollo. “Afortunadamente el financiamiento nunca fue un problema cuando partimos, ya que el Ministerio de Salud (Minsal) nos ayudó mucho en esto y, en específico, el Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda. También hoy en día hay muchos fondos concursables de Corfo para tecnologías incipientes”, dice.
Igualmente alerta que la principal dificultad que enfrentan es la falta de clientes en Chile, “ya que el gran flujo de amputados son pacientes del Estado, y mientras este no asigne un presupuesto importante jamás se podrá sanear la brecha existente entre pacientes con y sin prótesis (…) es por esto que decidimos mirar hacia afuera, si no podemos prosperar acá, entonces debemos buscar nuevos horizontes”.
Precisamente desde fuera han llegado el interés por este emprendimiento, liderado por equipo joven, donde ninguno supera los 30 años y de los cuales tampoco tenían experiencia en el área de la salud ni emprendiendo.
“El trabajo se ha presentado en la Asociación Internacional de Prótesis y Ortesis (ISPO por sus siglas en inglés) en donde recibimos las felicitaciones personales del presidente de la asociación. También disponemos de dos pilotos en México que ya han comenzado en sus primeras fases”, destaca Sahueza.
Así, los planes son crecer en el mercado local con los tres productos que tienen y ver cómo llevar sus operaciones a otros países de Latinoamérica. “Se nos han acercado marcas comerciales para vender nuestros productos fuera de Chile, esa opción también es muy interesante”, apunta.
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